Un buen sabor de boca

Mi último grupo del curso académico ha llegado a su fin esta semana y tanto ellos como yo terminamos con un buen sabor de boca gracias a sus esfuerzos para aprender y lo bien que nos lo hemos pasado en clase.

Siendo de nivel básico es normal que se sintieran impotentes al principio del curso al darse cuenta de que aprender una lengua es un proceso largo y llegar a expresarse como uno lo hace en su lengua materna no es posible en un curso de 50 horas. Sin embargo, poco después, esta sensación se fue perdiendo al ver que eran capaces de construir frases, de jugar, cantar e incluso mentir en inglés. Incorporar muchos juegos en clases les ha ayudado a practicar y a relajarse en su contacto con la lengua, algo de gran importancia para despertar el interés y no desanimar a un principiante. Era fundamental que viesen que la lengua es algo vivo, que la utilizásemos para comunicarnos y para divertirnos en grupo.

Diría que despertar este interés es importante para principiantes de cualquier edad, pero quizás sea más importante para los adultos que, ya habiendo terminado de estudiar, han decidido retomarlo y venir a clase al salir del trabajo. ¡Sobre todo por las tardes soleadas de julio en una zona costera!

Espero que este curso haya sido provechoso para ellos y que al término del mismo tengan ganas de seguir con el inglés. Han progresado mucho gracias a sus esfuerzos y participación y creo que este progreso lo valoran también. Ahora que viene el verano, espero que les toquen algunos días de descanso por lo menos, ¡quizás en la playa escuchando a Bobby McFerrin o The Body Rockers y cantando en inglés!

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Cheers
Madres 2.0
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