jueves, 2 de junio de 2011

Responsabilidad social corporativa

La semana pasada fuí con mi amiga y compañera de trabajo Rocío a ver la película documental sobre Jane Goodall "El viaje de Jane" y fue realmente inspiradora. Reafirmó en mí el sentimiento de querer ayudar, contribuir a la sociedad, aportar un granito de arena para mejorar el futuro de los que vengan, y hacerlo especialmente a través de la educación. Jane Goodall es conocida mundialmente como la mujer que vivió con chimpancés (a no confundir con Diane Fossey, la de "Gorilas en la Niebla"), pero su lucha activista va mucho más allá del mundo animal, para adentrarse en la base y el motor de todo cambio social, que es incidir en la educación.. Parte de la idea de que todos en cada momento estamos generando algún tipo de impacto en el mundo y que todos tenemos elección en cada momento en cuanto a la manera en que influimos en nuestro medio.

Después de reflexionar sobre lo visto en la película -que por cierto, está increíblemente bien rodada y la historia muy bien secuenciada, mezclando lo personal (amor, familia) con su lucha activista por el planeta- empecé de nuevo a pensar cómo podía ayudar yo personalmente, desde mi minúscula existencia, a mejorar las cosas en el mundo. Sé desde hace tiempo que quiero aprovechar que tengo una empresa de formación para colaborar con sectores desfavorecidos a través de la educación. Y esto me llevó esta semana a la idea de la responsabilidad social corporativa (RSC), tan en boga ahora entre las grandes empresas del mundo. Pero la cuestión es, no necesitas ser una gran empresa para implantar esta política en tu negocio, en tus clases, en tu trabajo diario en general. Cada pequeño acto cuenta, cada pequeña acción es responsabilidad social y no hay por qué dejarles esta responsabilidad sólo a grandes corporaciones como Coca Cola o a los bancos. El impacto de estas empresas en el medio ambiente es indudablemente mayor que el que generamos individualmente, pero no dejan de ser empresas cuyos productos nosotros compramos, y a la vez, hay que pensar en la suma de nuestros pequeños impactos en el planeta. Todo ello nos convierte en igualmente responsables del estado en que les dejamos el planeta y la sociedad a los siguientes que vengan.

Para empezar, esta semana, mi primera clase en el curso de inglés de los negocios versó precisamente sobre Corporate Social Responsibility. Parte de mi RSC como profesora es impactar a mis alumnos/as, todos ellos personas adultas, con nuevas ideas que les hagan replantearse sus maneas de pensar. Como cabía esperar, cuando les pregunté sobre si sus empresas eran socialmente responsables, todos en general contestaron que no, que realmente, dado el tipo de empresa, e tamaño, el servicio que prestaban, no era realmente posible. Y ahí está la clave. el primer paso es pensar que tú puedes (por no decir debes). El segundo es pasar a la acción.

El Instituto Jane Goodall tiene una línea de trabajo que me interesa especialmente, que es el programa Roots and Shoots. R&S tiene grupos de trabajo en todo el mundo y la premisa es trabajar con niños para lograr cambiar las cosas a través de la educación de los futuros adultos. En España tenemos varios grupos, por lo que puedes ver si hay alguno en tu zona para colaborar con ellos, o directamente constituir un grupo nuevo. La idea me parece simplemente fabulosa: la educación es la base de todo, es el pasaporte para un futuro mejor. Y todos podemos marcar una diferencia. Para una profesora como yo, esto es algo prácticamente espiritual. La educación de por sí, ya es socialmente responsable, pero indudablemente puedes realmente adoptar este enfoque conscientemente cuando decides qué temas vas a tratar en clase. Impactar al alumno para que éste genere a su vez un impacto positivo. De hecho, nunca se sabe hasta dónde alcanza nuestra labor diaria. De ahí que, con mayor motivo, esta idea de RSC  presida nuestra actividad docente.

Os dejo con una entrevista en inglés a Jane Goodall, pero sobre todo os recomiendo la película, es una estupenda enseñanza. 






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4 comentarios:

  1. ¡Gracias Lola, por dedicar un poco de tiempo a este tema!Desde hace algunos años la responsabilidad social corporativa aparece con frecuencia en la prensa económica y en los suplementos especializados, pero es un concepto que dista mucho de ser familiar para el gran público. Podemos contribuir a que eso cambie a través de la educación. En enseñanza secundaria, las asignaturas Economía de Bachillerato y Empresa e iniciativa emprendedora (esta última se imparte en Formación Profesional) incluyen este concepto dentro de sus currículos: es una oportunidad para formar en economía socialmente responsable.

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  2. Sí, es una labor de todos, para ir a mejor colectivamente. We can all make a difference!

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  3. Hola
    Yo todavía no he visto la película, pero espero al verla, que me impacte tanto como a vosotras, ya que todos los temas de naturaleza me gustan bastante.
    Hoy día el tema de la conciencia ambiental es uno de los que más se oyen últimamente.
    Hay una frase que me gustó cuando la oí y no se de quien es "la tierra no es una herencia de nuestros padres, sino un préstamo de nuestros hijo" y que me hace pensar en mi impacto ambiental, me parece que se llama "ecological footprint", no?
    Y es cierto que la educación es necesaria para la conciencia medioambiental, tanto la familiar como la de los centros educativos.
    Yo soy de la creencia que los pequeños pasos de cada individuo contribuyen a un movimiento global. Yo ya voy de compras (casi siempre)con una bolsa de tela. E intento reciclar todo lo que puedo. O no dejo correr el agua cuando friego los platos.
    Mi siguiente paso, intentar comprar lo menos posible comida envasada.
    Ya os contaré si lo he conseguido.
    Gracias por plantear temas tan diversos.
    Un saludo.

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  4. Gracias Arancha por tu comentario. Precisamente Jane Goodall hace referencia a esa cita que mencionas y aclara: no la estamos tomando prestada, la tierra, se la estamos robando, les estamos privando de ella para el futuro.

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