A raiz de una entrevista que me han hecho esta mañana para la emisora de radio local de Málaga Onda Azul, a los que agradezco desde ya su interés por nuestra labor, escribo esta entrada para reflexionar sobre nuestra filosofía y metodología de formación y educación virtual. Esta mañana, uno de los locutores del programa me planteaba, con razón, la duda sobre la calidad de los cursos que se imparten actualmente online. Es normal que exista ese resquemor hacia esta modalidad de formación, pues de forma muy generalizada no cumple con unos mínimos de calidad. Y es que con demasiada frecuencia hacer un curso online consiste básicamente es una forma sencilla y rápida de añadir un certificado más a tu currículum vitae, pero ese título está vacío de contenido. El curso suele consistir en leerse un temario en formato pdf (o, los más modernos lo hacen en html, por aprovechar lo visual de hacerlo con virguerías informáticas, que en realidad es casi peor, en mi opinión) y contestar unos cuestionarios muy sencillos que no hacen reflexionar y que invitan a tener abierto el pdf correspondiente y buscar la solución con la herramienta de búsqueda del documento. Este tipo de curso abre aún más la brecha entre lo que recoge el CV y lo que realmente sé hacer. Como en nuestro pais se prima el título, frente a la experiencia o la competencia, pues este sistema nos viene estupendo, aunque no neguemos la baja calidad del curso en cuestión. Un ejemplo muy claro de este amor al tñitulo es por cierto el del famoso CAP, sin el cual no puedes impartir clases en ciertas instituciones, por muy buen profesor/a que seas, cuando de sobra es conocido cómo "preparaba" dicho certificado para la docencia. Bueno, no me quiero desviar... .
La formación online puede superar a la presencial en ciertos aspectos que la convierten en una opción muy válida. Supera desde luego barreras geográficas, que es quizá la mayor de sus ventajas. Pero además, permite un gran nivel de personalización de la formación. Si concebimos el e-learning como una manera de producir cursos que puedan hacer decenas de alumnos/as a granel, estamos desatendiendo nuestra misión especial: formar personas, generar un impacto y un cambio en ellas que repercuta en su desempeño profesional futuro. La presencial siempre será la presencial, el contacto físico. Pero hay múltiples herramientas que nos permiten aproximarnos mucho a lo mejor de la modalidad tradicional.
Para nosotras es fundamental:
- que el alumno/a aprenda
- que aprenda haciendo
- que el curso tenga un enfoque por tareas donde no caben atajos y si el curso dice que tiene una duración de 60 horas, ese tiempo sea de dedicación real por el alumno, no una simple y llamativa cifra para el certificado
- que los alumnos/as de los cursos online se relacionen con sus compañeros. Fomentamos la cohesión de grupo, con el fin de que los participantes aprovechen una de las ventajas fundamentales de todo curso: hacer contactos profesionales y personales.
- que el tutor o tutora estén presentes y accesibles
- que las tarea sean dinámicas y motivadoras y preparen para la vida real, ajustadas a las necesidades de los participantes
- que el alumno/a termine el curso satisfecho: el boca a boca es nuestra mejor publicidad, no hay mejor marketing educativo que éste.
Precisamente por las posibilidades que ofrece, nosotras sentimos pasión por esta manera de llegar a los alumnos. Son cursos que nos dan mucho más trabajo que impartirlos presencialmente, ya que en algunos incluso corregimos cada ejercicio personalmente, cosa que en clase se hace en grupo. El docente sigue siendo eso, docente, alguien que ayuda a descubrir, a aprender, a crecer. And we love it!
Si te gustó este post quizás también te guste leer...
Alumnos que importanResponsabilidad social corporativa
Resistencia
Enseñar a enseñar
La clave está en las instrucciones
¿Qué hago este verano con el inglés?
Marketing educativo
3170/5472/8820
No hay comentarios:
Publicar un comentario